No saben lo que puede saber una ducha, un simple plato de macarrones y un cigarro de liar. Hablas de lo humano y lo divino con alguien que no sabes si lo vas a volver a ver. Disfrutas del sol, del vuelo de una rapaz o del olor del tomillo salvaje. Solo te preocuda tener plaza en el alberge y si no duermes en la paja de un granero. Lo recomiendo una vez al menos en la vida. La libertad esta a la vuelta de la curva en el sendero de las oportunidades de tu CAMINO.
BUENA REFLEXION, TONY...OJALA PODAMOS EXPERIMENTARLO ALGUNA VEZ... JUANI.
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